El domingo 3 de Diciembre, por la noche, el oro se situó cerca del nivel de los 2150$ por onza, lo que significaba un máximo histórico, seguido por una caída del 2.5% el siguiente día, lo que supone una de las pérdidas de capitalización de mercado más grandes de la historia del oro, cerca de unos 300B$. ¿Qué está pasando con el oro? ¿Cómo se comporta este activo y porque sigue siendo relevante 50 años después del fin de su estándar?

Este análisis ha sido realizado con la ayuda de la inteligencia artificial de AInvestor, puedes probarla gratuitamente en la plataforma.

Un poco de historia

¿Qué es lo que hace atractivo al oro? Es escaso, fungible y durable, lo que lo convierte en buen candidato para realizar funciones de moneda, además su valor ha sido aceptado por todo el mundo desde los inicios de la historia.

Es por eso que después de la Segunda Guerra Mundial se estableció un nuevo orden mundial, conocido como Bretton Woods (nombre del pueblo dónde se reunieron los integrantes), con el objetivo de establecer un sistema monetario internacional más estable. Bajo este acuerdo, se crearon dos instituciones clave: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (actualmente parte del Grupo Banco Mundial). El dólar estadounidense se convirtió en la principal moneda de reserva y se fijó al oro, estableciendo así un sistema de tipo de cambio fijo.

Esto significa que los países podían convertir sus reservas de dólares en oro a una tasa fija. Esta conexión directa entre el dólar y el oro creó una especie de estándar oro indirecto, dando al oro un papel central en la estabilidad financiera mundial.

A medida que la década de 1960 avanzaba, las tensiones económicas y las presiones inflacionarias llevaron a desafíos para el sistema de Bretton Woods. En 1971, el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, anunció la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro, marcando el fin del sistema. Este evento, conocido como el «Cierre de la ventana de oro«, fue un punto de inflexión que liberó las monedas del mundo de sus ataduras al oro.

Así pues, relegado a un segundo plano el oro se limita ahora a añadir diversificación en carteras de inversión. Gozando de poca correlación con activos más tradicionales como la renta fija o la renta variable, el oro puede aliviar carteras tensionadas en momentos de geopolítica compleja y/o en momentos de inflación moderada y localizada.

¿Qué piensa la IA del oro?

La inteligencia artificial considera que las presiones deflacionarias del petróleo y de la falta de inversión pueden ser catalizadores para una revalorización del oro, probablemente en el caso de una recesión deflacionaria.

Los tipos de interés también sugieren revalorización del oro, probablemente porque anticipa recortes de los tipos, lo que supondría un pivote en la política restrictiva actual de los bancos centrales.

Además de los catalizadores anteriores también menciona dificultades geopolíticas y políticas de expansión monetaria por parte de los bancos centrales. Muy probablemente las políticas de los bancos centrales ya están incluidas en el precio actual del oro, pues nos encontramos en el pico de tipos de interés, pero es cierto que las incertidumbres geopolíticas van en aumento, y es muy difícil ponderarlas por la extrema convexidad que suponen.

Conclusiones

Así pues, parece que a la inteligencia artificial le gusta el oro (de hecho los que tengáis oro en vuestras carteras de AInvestor veréis que lo lleva sobreponderando desde los 1900$), principalmente por la poca correlación que tiene con otros activos, por la protección que puede ofrecer en caso de una recesión deflacionaria y sobre todo por el creciente riesgo geopolítico.

Para crear una cartera con oro los ETF’s más utilizados son «GLD» o su contrapartida UCITS «GLDD». En AInvestor estamos de promoción de lanzamiento, ¡Utiliza el código «LAUNCHPROMOTION» para recibir un 50% de descuento en cualquier plan durante el primer mes!